Entre nosotros hay niños que merecen disfrutar de la inocencia y la alegría de su infancia, personas mayores que han dado tanto y ahora necesitan cuidado y respeto, y personas con discapacidades que enfrentan desafíos únicos que requieren comprensión y compasión. Estas son las personas que más nos necesitan, y es nuestra responsabilidad colectiva apoyarlas y brindarles la ayuda que necesitan para salir adelante.

En esta temporada navideña, la necesidad es especialmente grande. Muchas familias están pasando por momentos difíciles y, sin apoyo, podrían enfrentarse a una Navidad sin lo esencial, y mucho menos la calidez y la alegría que la temporada debería traer. Nuestro plan es distribuir alimentos no perecederos a quienes más los necesitan, asegurándonos de que ninguna familia pase hambre, además de compartir dulces con los niños para dibujar sonrisas en sus rostros. Pero no podemos hacer esto solos.

Nuestra comunidad depende de la bondad y generosidad de otros para hacer posibles iniciativas como esta. Cada donación, por pequeña que sea, tiene el poder de llevar luz a la vida de alguien durante estos tiempos difíciles. Juntos podemos marcar la diferencia, mostrando a nuestros vecinos que no están solos y que forman parte de una comunidad solidaria y compasiva. Ahora más que nunca, nos necesitan para unirnos y brindarles esperanza, no solo para las fiestas, sino también para el futuro.